El alto costo de los alimentos endeuda a los consumidores brasileños

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Las últimas cifras económicas indican que la inflación no dará tregua. En marzo, el Índice Amplio de Precios al Consumidor (IPCA) alcanzó 1,62%, el nivel más alto del mes desde 1994, antes del lanzamiento del Plan Real. En 12 meses, el IPCA creció un 11,3%, según datos divulgados el viernes por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Esta inflación galopante, impulsada por los alimentos y el transporte, lleva a los brasileños a recurrir aún más a la tarjeta de crédito en la compra de productos de primera necesidad, como alimentos y supermercados.

La última Encuesta de Endeudamiento e Incumplimiento de los Consumidores (Peic), divulgada el 31 de marzo por la Confederación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC), reveló que el 77,5% de las familias brasileñas están endeudadas . La tarjeta de crédito es la mayor razón: el 87% de las personas se endeudan en esta modalidad.


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En los hogares con ingresos inferiores a 10 salarios mínimos, el porcentaje de deudores es de 78,5%, mientras que en los que ganan más de 10 salarios mínimos, de 73,7%. Ambas tasas aumentaron en comparación con febrero. Según datos de Serasa, el valor medio de la deuda de cada brasileño es de R$ 4.042,08 y nueve de cada 10 creen que estar endeudado es motivo de vergüenza. El número de morosos supera los 65 millones.

La encuesta de la empresa también reveló que el 69% de las compras con tarjeta de crédito son para necesidades básicas , como alimentos y supermercados; El 42% se realizan para la compra de ropa y electrodomésticos, mientras que el 41% son para medicamentos y tratamientos médicos. Además, se encontró que el 85% de las personas endeudadas tienen dificultad para dormir debido a la deuda, y el 76% ha tenido dificultades para concentrarse en el trabajo.

“En la mayoría de los casos, las deudas de tarjetas de crédito, al menos en el caso de particulares, son las peores. Cuando el interés que pagas es mayor que el beneficio que recibes, es una deuda incobrable, estás teniendo más perjuicio que beneficio”, detalla Roberto Luís Troster, ex economista jefe de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban).

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