Los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) dieron en 2021 lo que al parecer es una cifra muy alentadora, la inflación cerró en un 0,90%. El dato pareciera reflejar una luz al final del túnel después de que el país vivió una de sus peores crisis debido a la pandemia. Y lo es porque la inflación no hace más que crecer en el resto de los países vecinos.
Pero también es importante el gasto en subsidios: tanto en combustible y alimentos, un dólar estable artificialmente – según los especialistas-, e incluso una permisividad al ingreso de mercadería de contrabando, son los elementos que, a decir de expertos consultados por EL DEBER, han mantenido los precios bajos en el país.
Sí, hay artículos baratos. No obstante, como en cualquier historia existen ganadores y perdedores. Todos conocen a los ganadores, importadores, e incluso la gente común que no pierde el poder adquisitivo de su dinero. Pero quienes pierden son los microempresarios, que no pueden competir en precios, aseguran los economistas y emprendedores consultados.
Análisis
El especialista, Jaime Dunn, sostuvo que son dos los factores que explican la baja inflación, una es legal y otra ilegal. Sobre la primera, explicó que se trata del tipo de cambio fijo que se mantiene en Bolivia desde hace 11 años.
Esta medida -según Dunn- permitió que se importen bienes de consumo a menor precio. Sobre el según factor, dijo que se trata del contrabando que aprovechando la presencia de un dólar fijo prolifera y logra productos, en su mayoría alimenticios, baratos con relación a la producción nacional.
“El contrabando es tan masivo que entra al país y se vende en todos lados. Entonces, cuando el INE va a averiguar los precios tienda por tienda nunca pregunta el origen del bien o si entró legal o ilegalmente. De esta forma, se cruzan con la cerveza de Perú, con la leche, quesos y vinos argentinos y al final terminas con una inflación baja”, señaló.
Por otro lado, Dunn hizo notar que la inflación comenzó a dispararse en los países vecinos de donde el país adquiere bienes de capital e insumos para las industrias que están empezando a llegar con precios muchos más altos. “Así como importamos deflación también importamos inflación”, señaló el especialista.
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Imagen de portada cortesía de El Deber