El desabastecimiento y las restricciones en los supermercados salteños están generando preocupación y malestar entre los consumidores. En un relevamiento realizado por El Tribuno en la zona sur de la ciudad, se constató la aplicación de limitaciones para la compra de productos básicos como azúcar y harina, restringiendo la cantidad a solo dos paquetes. Además, se reporta un faltante de arroz, enlatados y aderezos, lo que ha llevado a los clientes a manifestar su indignación frente a la situación.
Los precios de los productos básicos han experimentado un notable aumento en los últimos tiempos. Por ejemplo, el paquete de un kilo de azúcar ha pasado de costar 235 pesos en noviembre de 2022 a oscilar entre 611 y 690 pesos en la actualidad. Esta situación ha generado una fuerte demanda y, en muchos casos, la falta de abastecimiento de ciertas marcas y variedades de productos.
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El desabastecimiento se atribuye en parte a la falta de envíos por parte de los proveedores y también se especula que podría estar relacionado con futuras subas de precios en el mercado. Aunque aún se dispone de cierta cantidad de harina y azúcar, las restricciones en las compras se aplican para evitar un agotamiento total de los productos en stock.
El impacto de estas dificultades se extiende a otros productos, como vainilla, champiñones y palmitos enlatados, aderezos y condimentos, entre otros. Incluso, algunas marcas de arroz y fideos también están afectadas por la falta de disponibilidad en los estantes.
A pesar de que el aceite solía ser uno de los productos más restringidos en el pasado, en la actualidad se ha ampliado la oferta en las góndolas, aunque los precios continúan en aumento, lo que genera malestar entre los consumidores.
El precio de la yerba mate también ha incrementado considerablemente en las últimas semanas, afectando el presupuesto de los hogares.
Ante esta situación, los consumidores expresan su preocupación por la falta de acceso a productos básicos y los crecientes costos que impactan en la economía familiar. La escasez y los aumentos de precios representan un desafío para los supermercados y las autoridades gubernamentales, quienes trabajan para resolver esta problemática y garantizar el abastecimiento y la estabilidad económica en la región.
