La industria del vino espera una «crisis terminal» para el 2023

viña concha y toro

De acuerdo al portal de noticias iProfesional, El sector advierte que las medidas prometidas por el Gobierno no llegan y anticipa la profundización de los problemas para el año próximo

La crisis económica que atraviesa la Argentina y que se encuentra agravada por la escasez de divisas y la alta inflación, viene provocando un peligroso impacto en la industria del vino, que se evidencia en una caída de casi el 6% de las exportaciones en lo que va del año y en un fuerte retroceso de las ventas internas.


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El sector sufre además por la imposibilidad de pagar las deudas del exterior por el cepo al dólar; por los gastos crecientes y por rentabilidad en picada, por lo cual se estaría enfrentando a lo que varios bautizaron ya como una «tormenta perfecta» por las dificultades locales y globales que deben atravesar las bodegas.

Un escenario que, aseguran, se profundizará en el 2023 a partir de problemas propios como el de las heladas de este año que afectaron la producción y que también terminarán por comprometer los planes de negocios para el mediano plazo.

En ese contexto, el sector espera un «salvavidas» del Gobierno que no llega a pesar de las promesas hechas hace unos meses atrás por el propio ministro de Economía, Sergio Massa, de otorgar un tipo de cambio diferencial y créditos a tasa cero, además de la eliminación temporal de las retenciones a las exportaciones que actualmente se encuentran en un 4,5%.

«Nada de eso se materializó todavía, con lo cual lo que nos queda pensar es que el 2023 será todavía peor que este año», advirtió Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, la cámara que agrupa a la mayoría de los productores y comercializadores del sector vitivinícola local.

Sus palabras sonaron fuerte durante el Primer Foro Vitivinícola 2022 que se llevó a cabo la semana pasada en la ciudad de Mendoza y del que participaron más de 300 asistentes y representantes políticos y de las 14 provincias productoras de vino del país, bodegueros, empresarios y funcionarios provinciales quienes abordaron cuestiones como la comercialización, el enoturismo o los recursos humanos. También debatieron sobre la situación económica del sector, observando el difícil momento del país, además de discutir sobre el polémico proyecto de Ley Nacional de Alcohol Cero al Volante.

Tipo de cambio atrasado

Para Ortiz, «debería ocurrir un milagro para que empiecen a mejorar las cosas porque las medidas que necesitamos no se efectivizan y el sector profundiza su crisis, que puede ser terminal para algunas bodegas más afectadas por la coyuntura y que, entre otras medidas, ya tuvieron que comenzar a despedir personal».

Según la titular de Bodegas de Argentina, lo que más afecta a la industria es el tipo de cambio muy atrasado, una pérdida impositiva muy alta, la inflación, las altas tasas de interés y la fuerte caída de la competitividad de los vinos argentinos en el mundo, que van perdiendo mercado día a día.

De hecho, durante el Foro se trató una cargada agenda de temas que afectan a la industria del vino y que coinciden con la mirada de Ortiz tales como la elevada presión tributaria a la exportación; la cada vez más baja rentabilidad a causa del retraso en la paridad cambiaria con el dólar; la imposibilidad de acceder a financiamiento barato y el impacto negativo de las heladas, el granizo y el cambio climático.

Un cúmulo de dificultades que están llevando a la Argentina a perder espacio a nivel global donde el país se encuentra posicionado actualmente como séptimo productor y décimo exportador mundial de vinos, generando unos 156.000 empleos directos y otros 300.000 indirectos en todo el territorio nacional.

Políticas provinciales
En este sentido, el primer panel del Foro fue organizado para analizar el impacto que estos temas tienen en las provincias productoras que estuvo integrado por los ministros de Economía, Producción, Desarrollo y Energía de las provincias de Mendoza, Enrique Vaquié; San Juan, Ariel Lucero; Neuquén, Facundo López Raggi; Río Negro, Carlos Banacloy; Salta, Martín de Los Ríos y el Director de competitividad del Ministerio de Economía de La Pampa, Nicoló Cavallaro.

Todos expusieron sobre la realidad vitivinícola de su región, los desafíos económicos y ambientales y la proyección a mediano plazo de la actividad, además de enumerar las políticas públicas que cada provincia lleva adelante para facilitar la tarea del sector privado y mejorar el escenario de competitividad de las bodegas, así como para atraer nuevas inversiones en un duro contexto económico nacional.

Varios de los participantes del panel aseguraron haber mejorado las cargas impositivas para quitarle peso a la producción; estar otorgando créditos a tasas subsidiadas; apoyar misiones comerciales al exterior para apuntalar las exportaciones; seducir a las bodegas para que reinviertan lo poco de rentabilidad que están generando actualmente.

Los funcionarios coincidieron además en la necesidad de establecer políticas públicas para el sector que trasciendan a los gobiernos, con el objetivo de desarrollar un plan integral de mediano y largo plazo que también contemple atacar todos los problemas que perjudican a la industria entre los que también se encuentran la escasa infraestructura de rutas y tecnológica; la conectividad aérea; la energía y el agua para el riego y la ayuda para los productores fuertemente afectados por las heladas.

La misma agenda de temas fue debate del segundo panel de la jornada del que participaron reconocidos políticos y funcionarios como Martín Hinojosa, presidente del Instituto Nacional Vitivinícola (INV); Alfredo Cornejo, ex gobernador y senador nacional radical por Mendoza; Omar De Marchi, ex intendente de Luján y diputado nacional del PRO por Mendoza; Juan Manuel Urtubey, ex gobernador y ex diputado nacional peronista por Salta; Santiago Hardie, ex secretario de Agricultura Familiar de la Nación en el gobierno de Mauricio Macri, y Luis Petri, ex diputado nacional radical-PRO por Mendoza y postulante a gobernador de la provincia.

Hubo una fuerte coincidencia en las críticas a la actuación del gobierno nacional para la industria del vino, y un consenso generalizado en contra de la llamada Ley de Alcohol Cero para quienes manejen en rutas nacionales que se está debatiendo en el Congreso. El proyecto fue calificado como «demagógico y populista» por los participantes del panel quienes, de todos modos, coincidieron en la necesidad de atacar los causantes de los miles de accidentes fatales, algunos motivados por la ingesta excesiva de alcohol, que se producen todos los años en la Argentina.

Sin embargo, advirtieron que la legislación, que bajaría de 0,5% a 0 la tolerancia de alcohol en sangre para conductores, en lo más mínimo va a contribuir a reducir los accidentes fatales, y sí va a contribuir a seguir deteriorando el consumo del vino en Argentina.

En ese sentido, reclamaron acciones de eficiencia de los controles; de capacitación; de educación para evitar los accidentes de tránsito y recordaron que de 156 países que tienen reglamentado el porcentaje de ingesta alcohólica, 127 lo tienen en 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, o incluso por encima de esa cifra. Una vez finalizada las charlas matutinas, fue el turno del economista Carlos Melconián, quien expuso sobre el «Contexto económico nacional e internacional».

El evento finalizó con varias reuniones temáticas vinculadas a la sustentabilidad de la industria; el potencial del enoturismo; las dificultades ocasionadas por la sequía en zonas vitivinícolas de Argentina, en especial en Mendoza, San Juan y Salta; la gestión del recurso humano y el trabajo infantil en las viñas.

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