Grandes pérdidas: mucha comida a la basura

Más de 16 millones de toneladas de alimentos, el 12% de la producción total del país, son tiradas a la basura. Además del aspecto social de este tema, para las empresas presenta una oportunidad de mejorar sus números y reducir una merma en sus ingresos de miles de millones de pesos.

Una cifra alarmante, que tendría que llamar a la reflexión a todos. En un país en el que muchos habitantes no llegan a cubrir sus necesidades alimentarias básicas se desperdician 16 millones de toneladas de comida al año, lo que representa el 12% del total de la producción.


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De acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Agricultura, de esta cifra, 14,5 millones son pérdidas que se dan en la producción, almacenamiento, transporte y procesamiento de alimentos. Mientras que 1,5 millones se dan en la comercialización y el consumo.

Según un estudio elaborado por GS1 Argentina y The Consumer Goods Forum, en supermercados y autoservicios, de la merma operativa total, el 6,5% corresponde al desperdicio de alimentos. Esto equivale a 8.000 toneladas. Además, el 4,3% ( 5.300 toneladas) son de productos vencidos.

Juntas dan como resultado pérdidas por  1.710 millones de pesos. En la merma conocida, según la investigación, las verduras muestran un 48% de desperdicio; las Rotiserías, 43%; Productos panificados, 26%; carne blanca, 21%; Frutas frescas, 8%; y carne vacuna, 4%.

Esta situación brinda una oportunidad para las empresas para trabajar junto a los consumidores y clientes en el objetivo de disminuir el desperdicio alimentario. Muchas compañías ya lo están haciendo, y con resultados muy positivos.

Yamila Scollo, Gerente de Sustentabilidad y RSE de Carrefour Argentina, explicó: “Tenemos el objetivo de ser líderes de la transición alimentaria. Esto es: ofrecer más y mejores productos de alimentación saludable y consumo responsable en nuestras más de 590 sucursales en la Argentina y en todos nuestros canales de venta. Con ese horizonte, impulsamos acciones con el eje puesto en el recupero de alimentos. Por un lado, contamos con la iniciativa, en góndolas, de ‘Consumo Inmediato’ que son espacios en donde ofrecemos productos aptos para el consumo con fechas próximas a vencer a precios reducidos, impulsando su aprovechamiento y evitando su desperdicio”.

La cadena de supermercados también trabaja en la recuperación de alimentos y productos de los circuitos comerciales que por volumen o por cercanía a su expiración no serán vendidos y gracias a la articulación y coordinación con asociaciones y ONGs afines, permiten su consumo.

Además, junto a actores clave, como el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y el Banco de Alimentos, realizamos campañas en distintos momentos del año para concientizar sobre la importancia del cero desperdicio alimentario en los hogares, y fomentamos las colectas junto a clientes y clientas conectando la ayuda y llegando a las familias que más lo necesitan”, agrega Scollo.

Como resultado de estas acciones, durante el 2020, Carrefour pudo acompañar con la asistencia alimentaria de más de 124 toneladas de alimentos, que fueron convertidas en más  620.000 platos de comida y más de 13 toneladas de productos de higiene y limpieza. Y en el primer primer trimestre de 2021 ya llevan recuperadas 69 toneladas de alimentos.

Gracias al trabajo en conjunto con distintas organizaciones y a cada cliente y clienta, en Carrefour seguimos sumando acciones concretas por un presente con menos desperdicio alimentario y mayor consumo responsable”, concluye Scollo

“La estrategia de sostenibilidad de la compañía contempla líneas de acción asociadas a cuatro ejes fundamentales: Planeta, orientado a aspectos medioambientales de nuestras instalaciones; Personas, relacionado a aspectos sociales asociados a nuestros colaboradores, clientes y comunidades en las que se encuentran nuestras instalaciones; Productos, que considera la oferta de productos y cadena de abastecimiento y Gobernanza, en línea con aspectos de gobierno corporativo, compliance, gestión ética, gestión de riesgo y seguridad de la información», señalaron desde Cencosud.

«La disminución del desperdicio de alimentos ocupa un lugar central dentro de todos los procesos internos de la compañía y se trata de ser cada vez más eficiente tanto en las cuestiones operativas que se vinculan con la correcta manipulación de la mercadería en los centros de distribución y los locales, como así también en las cuestiones comerciales, para que integralmente se deteriore la menor cantidad posible de mercadería y existan cada vez menos impacto sobre el stock. A la vez, se trata de ser lo más eficiente posible a la hora de realizar acciones con suficiente tiempo de anticipación, para poder efectuar descuentos para los productos que requieren un consumo inmediato  y acompañar este proceso con acciones posteriores vinculadas a rescatar a tiempo estos productos para donación. En este sentido, el programa Rescate de Alimentos, que tiene por objeto revalorizar productos retirados de la venta para generar un impacto social y ambiental positivo, se encuentra alineado con la estrategia de la compañía. A través de la reducción de desperdicios y residuos en sucursales y centros de distribución, contribuimos de forma directa con el eje Planeta y, a través de la distribución de los productos rescatados a organizaciones de la sociedad civil de las comunidades donde operamos, reforzamos nuestro compromiso con el eje Personas”, agregaron en la firma chilena.

Con respecto a cómo trabajan en las sucursales para mitigar el problema del desperdicio alimentario, desde la empresa explicaron que cuentan con señalización especial los productos de consumo inmediato: “En las sucursales se trabaja con la señalización de los productos con consumo inmediato, por ejemplo, con cartelería y/o stickers indicadores, que señalicen las acciones que implican un descuento de precio. A la vez, se cuenta con distintos programas que promueven en los consumidores concientización y se ofrecen soluciones concretas para disminuir el desperdicio del hogar. Un ejemplo de esto lo constituye el Programa Jumbo A la Carta que promueve la difusión de recetas y el aprovechamiento de distintos productos para generar platos gourmet y saludables y que permitan utilizar un sin número de alternativas de ingredientes, planificando a través del menú semanal que se propone a los clientes, todas las semanas. También desde Vea y Disco, se realizan acciones similares a través de los Programas Nutriditos, con el lema ‘Comer Sano no Cuesta Más’, está enfocado a familias de con niños pequeños, con el objeto de generar hábitos saludables; de igual forma, en resdes, propone ideas con el #LaComidaNoSeTira. Lo mismo desde Disco, y su propuesta de recetas en redes sociales y el blog Hacela Simple”.

Trabajar en todas las áreas

Nuestros productos son esenciales para la alimentación y la nutrición, por lo que trabajamos con una estrategia de desperdicio cero que atraviesa toda la cadena, desde la producción hasta los canales de comercialización, en cada área del negocio: Productos Lácteos; Aguas y Bebidas y Nutrición Especializada”, afirmó Diego Buranello, Director de Asuntos Corporativos de Danone Cono Sur.

Y para lograr ese objetivo desde la compañía están enfocados en la mejora continua y en un aspecto fundamental, las personas. “Para alcanzar nuestro objetivo contamos con procesos de mejora continua a nivel industrial y también, con el compromiso de los colaboradores en cada una de las etapas, lo que nos permite rescatar los productos de cámaras y depósitos y así recuperar su valor para que lleguen en forma segura y confiable a miles de personas, de la mano de numerosas ONG’s que multiplican el impacto social”, indicó el ejecutivo.

Para Buranello, el tema del desperdicio alimentario interpela a todos los actores del sistema. «Debemos trabajar con urgencia para revertirlo. Un alimento apto para el consumo no debe ser desperdiciado«, sintetiza.

El Grupo Danone articula los aportes a través de Banco de Alimentos, del cual es uno de sus principales donantes, y a unas 50 organizaciones de base, que trabajan en forma transparente y eficiente con la comunidad y que forman parte de la articulación social de la empresa para que los alimentos donados contribuyan a la nutrición de los más necesitados.

Natalia Giraud, gerente de Asuntos Públicos y Comunicación Externa de Unilever, explica que desde la empresa trabajan en toda la cadena, desde los agricultores hasta que el consumidor. «A lo largo de todos los procesos se dan las pérdidas y el desperdicio. Y existen muchas oportunidades para luchar contra este tema. Argentina cuenta con un Programa Nacional de Reducción de perdida y desperdicio de alimentos al que las empresas se pueden adherir. Todos tenemos una responsabilidad para mitigar este problema. Hay un camino enorme por recorrer porque la cifra de desperdicio todavía es grande”, comenta.

En cuanto a las etapas en las que que más se produce el desperdicio alimentario, Giraud señala que “en producción, almacenamiento y distribución es donde se da el mayor porcentaje por la magnitud de estas operaciones”.

Y agregó que “durante la pandemia las personas tomaron más conciencia del desperdicio alimentario. Y esto es algo que tenemos que capitalizar para que los consumidores tengan nuevos hábitos, planifiquen sus comidas y así consuman responsablemente. Es momento de generar un movimiento para replantear las formas en las que nos relacionamos con los alimentos”.

El desperdicio de alimentos es un problema complejo que ocurre en toda la cadena de valor, lo que dificulta que los consumidores lo comprendan. Sin embargo, la conciencia sobre el problema ya había ido en aumento, solo para ser acelerada por la pandemia, que puso de relieve el desperdicio y las fragilidades en la cadena de suministro de alimentos”, explican desde Tetra Pak.

Y añaden que “la necesidad de ser más ahorrativos también ha provocado una discusión sobre cómo las personas pueden reducir el desperdicio de alimentos para estirar aún más su presupuesto de productos alimenticios. Más de las tres cuartas partes de los consumidores (77%), ahora ven el desperdicio de alimentos como una preocupación, y limitarlo se considera una de las tres principales prioridades para los fabricantes”.

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