Enóloga y elabora en Argentina el primer vino Malbec con madera de lenga

SAP- enología sustentable

Se trata de un árbol autóctono de la Patagonia y está elaborado por Julia Halupczok. Degustamos este vino singular y único y te contamos de qué se trata

«El consumidor se renueva», dispara la enóloga Julia Halupczok, actual gerente general y winemaker de la bodega mendocina Casir dos Santos, quien tiene entre manos algo único, singular, diferente: el primer vino Malbec de la Argentina que tuvo contacto con madera de lenga, un árbol que crece en la Patagonia.


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Recapitulemos: la madera que tiene el «monopolio» a nivel mundial es el roble, principalmente francés y americano, al que se suma uno menos difundido: el húngaro. Pero el espectro de maderas es mucho más amplio: hay bodegas en diferentes zonas productivas del planeta que pueden utilizar madera de acacia, cerezo, castaño e, incluso, pino.

Y a esta lista, a mediano o largo plazo podría sumársele un nuevo integrante: la lenga, un árbol autóctono de la zona patagónica que pueden llegar a alcanzar los 30 metros de altura. Desde la bodega agregan un dato clave y es que la utilización de esta madera en la industria vitivinícola sería completamente sustentable: al tener raíces superficiales y desarrollarse en zonas de fuertes vientos y suelos poco profundos, cada año suelen caer muchos ejemplares de manera natural, por lo cual no hay que recurrir a la tala.

En este contexto, la bodega mendocina se convirtió en la primera en elaborar y embotellar un vino Malbec con madera de lenga. En esta primera etapa, la enóloga utilizó duelas, es decir que el vino no tuvo crianza en barrica de lenga, sino se utilizaron listones de madera de esa variedad, con un nivel de tostado suave, para que el aporte a nivel organoléptico no sea muy invasivo. Sin embargo, Julia anticipó que en breve estarán iniciando la fase de experimentación con barricas, con el objetivo de ver cómo evoluciona el vino.

«Hacía rato que venía con ganas de utilizar maderas nuevas. Había probado alternativas como acacia y cerezo, pero un productor de uvas con el que trabajamos hizo unos ensayos con lenga y nos entusiasmamos. Sabemos que en Chile algunas bodegas también han venido experimentando con esta variedad, pero no tenemos registros de que se hayan realizado pruebas en la Argentina», acota Julia.

El primer vino Malbec con lenga

Días atrás, la enóloga presentó en Buenos Aires Casir dos Santos Malbec Lenga 2021. Se trata de un vino 100% Malbec que conjuga uvas de dos terroirs muy disímiles: por un lado, Vista Flores, en Valle de Uco y, por otro, Lunlunta, en Maipú. Tras una fermentación clásica, le siguió la crianza del vino con duelas de madera de lenga patagónica a lo largo de 8 meses.

¿Y qué le aporta la lenga en concreto? ¿Por qué experimentar con una nueva madera? Julia explica que esta variedad «es de la familia del roble, con lo cual mantiene ciertas características, pero es menos invasiva. Para el proceso de elaboración de este vino, la madera recibió un tostado suave; permitiendo resaltar los aromas florales del Malbec».

¿Cómo es este vino Malbec en contacto con lenga? Lo degustamos y nos encontramos con un Malbec rico, dominado por las frutas rojas bien nítidas y los toques florales. La madera se percibe y aporta aromas que recuerdan al chocolate, sin ser demasiado invasiva. En boca es largo, con algo de carnosidad, taninos firmes y ligeramente texturados y, sobre todo, una muy linda acidez, que le imprime mucha vivacidad. En conclusión, un Malbec único y diferente por su forma de elaboración y que en la copa se siente sabroso y súper bebible.

¿Y cómo imagina la enóloga un vino 100% criado ya no con duelas sino en barrica de lenga? La experta señala que esta madera «es algo menos densa y más porosa que el roble, por lo cual la microoxigenación debería ser mayor. Pero esto depende de múltiples factores, por lo cual es algo que estaremos estudiando».

Hay un detalle: este vino todavía no está a la venta porque la bodega está gestionando la autorización del Instituto Nacional de Vitivinicutlura (INV), que debe aprobar el uso de la madera de lenga en la industria.

Pero más allá de los temas burocráticos, Julia es optimista por el aporte que están haciendo al sector: «La investigación y el desarrollo siempre suman», más allá de si el producto final termina llegando a las góndolas. «Lo importante es sumar nuevas alternativas, nuevas opciones. El consumidor cambia y el abanico de vinos tiene que ser cada vez más amplio», agrega.

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