El Gobierno argentino evalúa abrir importaciones

empresa textil

De acuerdo a información del portal de noticias La Arena, Sergio Massa estudia medidas muy severas contra la industria textil. Uno de los sectores más protegidos por el actual gobierno. Según detectaron en el Palacio de Hacienda los empresarios de ese sector vienen aplicando aumentos que duplican la inflación mensual, aprovechando que las medidas proteccionistas les eliminaron la competencia de fabricantes del exterior.

La furia del Ministerio de Economía se disparó cuando comprobaron que justo antes de asistir a la reunión con el secretario de Comercio, Matías Tombolini, para tratar de alcanzar un acuerdo que modere la suba de precios, los empresarios aumentaron alrededor de un 20 por ciento los productos, para cubrirse.


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Fue unas semanas atrás, cuando luego de verificar que los incrementos en ropa y calzado aumentaron en agosto una vez mas muy por encima de la inflación promedio, superando el 109% en lo que va del año, Tombolini convocó a los representantes de la industria. Participaron Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer; Claudio Drescher, titular de la Cámara de la Indumentaria (CIAI) y Luis Tendlarz, de la Federación de Industrias Textiles Argentinas (Fita).

La industria textil argentina es una de las ramas más protegidas por las políticas públicas, con fuertes restricciones a la importación de bienes terminados. Pero en el Ministerio de Economía detectaron que pese a estos beneficios vienen aumentado la ropa y calzado a un ritmo que duplica la inflación mensual.

Sin embargo, el índice de precios (IPC) publicado en octubre mostró un nuevo salto del rubro del 10,6% guarismo que duplica el promedio general de precios que se ubicó en 6,2%. Esta situación indignó a Massa que ahora analiza seriamente quitarles todos los beneficios y abrir la importación de ropa y calzado.

Competencia.

«La industria textil argentina no puede competir con los costos de producción de la ropa en Asia ni la escala que maneja Brasil», explicó una fuente del sector y advirtió «si el contrabando afecta la producción, abrir totalmente las exportaciones destruye la industria y vamos a tener que cerrar las fábricas» .

Sin embargo, esta protección no ha logrado generar una industria más eficiente o acaso haya fomentado que ante la falta de competencia los empresarios se aprovechen y pongan precios muy por encima de lo razonable. Un ejemplo basta de muestra: Hoy comprar un jean en Estados Unidos vía servicio puerta a puerta cuesta alrededor de 7.000 pesos tomando como referencia el dólar Qatar, cuando en un shopping porteño de la misma marca casi lo triplica en precio.

La posibilidad de abrir las importaciones para disciplinar a sectores que abusan de posiciones dominantes es un instrumento habitual de la política macroeconómica. De hecho, Fernando Henrique Cardoso lo aplicó cuando lanzó el Plan Real que estabilizó Brasil.

Se trata de una amenaza a la que ya apeló Massa en el pico del conflicto por los neumáticos, cuando instó a sindicatos y empresarios a resolver la pulseada que ya empezaba a golpear a la industria automotriz.

El foco que el Palacio de Hacienda puso en la industria textual no es casual. Con una inflación navegando por encima del 80 por ciento anual, el equipo económico quiere frenar la inercia inflacionaria.

En Economía entienden que el aumento de precios fuera de escala de la industria textil los convirtió en el candidato perfecto para construir un «leading case» de la nueva política que intentan instrumentar.

Importadores.

Por otra parte, el primer día de vigencia del nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) registró que 2.767 importadores iniciaron trámites para la compra de mercadería en el exterior con total normalidad, en tanto que el total de declaraciones tramitadas con el actual mecanismo ascendió a 7.625 presentaciones. Así lo informó la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a través de un comunicado.

El SIRA es el flamante mecanismo por medio del cual, la AFIP en conjunto con la Secretaría de Comercio y el Banco Central, apuntan a cuidar las reservas internacionales, brindar previsibilidad y trazabilidad en las importaciones, y garantizar los insumos de producción a las pequeñas y medianas empresas.

Entre las principales ventajas del nuevo sistema, figuran la incorporación de la fecha de pago estimada en divisas, verificación del cupo importador en tiempo real, un mayor control en la trazabilidad de toda la operación y la creación de una cuenta corriente única de comercio exterior.

(Lapoliticaonline/Télam)

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