«Queremos mejorarle la vida al pequeño negocio y transformar la cultura del minorista tradicional», sostienen los creadores de Centralo.
Pandemia mediante, restricciones de por medio, Centralo pasó de vender 30 millones en 2018 a un proyectado de 4000 para este año. A esto se suma el desembarco en todo el país y los primeros pasos de la expansión regional para llegar a un mercado de 3 millones de comercios y u$s250.000 millones en Latinoamérica.
“No fue fácil al principio, en 2018. Pero estábamos convencidos que este era el modelo de compra para los comercios minoristas. En ese momento sonaba a futuro y hoy ya es más que presente”, comenta Tomás Manrique, fundador, COO de la compañía y uno de los que más se focalizó en el trabajo de campo, mientras destaca el ahorro de tiempo que significa para los que están frente a los locales, sean dueños, empleados o encargados.
“El sistema que proponemos es bastante sencillo. Quien tiene un quiosco, por ejemplo, se baja la aplicación y puede comprar lo que necesite en el momento. Y por el otro lado, los mayoristas y las marcas, también cuentan con un espacio para vender online”, comenta Tomás Manrique, el socio de Joaquín.
La habilitación es rápida y se maneja como la mayoría de las aplicaciones de ecommerce que bajamos a nuestro smatphone.”Tenemos todo el catálogo de productos de las diversas marcas y mayoristas o distribuidores dado de alta, hay ofertas, y una sección de rutas o mapas, donde el comerciante puede seguir el recorrido de la camioneta que está dejando pedidos en su zona y saben quién le va a entregar el pedido”, describen.
Así como para muchos 2020 fue un año totalmente negativo, para Centralo significó el despegue definitivo, porque triplicaron la cantidad de comercios que se sumaron a la aplicación -proyectan alcanzar los 60.000 a fin de este año- y multiplicaron por cinco los mayoristas y distribuidores que decidieron vender a través de la App.
“Le estamos cambiando la vida a los comerciantes, que son el corazón del consumo de sociedades como la nuestra. Creemos en la idea de cambiar la cultura de quienes siguen haciendo negocios tradicionales”, cuenta Joaquín Aguirre, fundador y CEO.
Mercado competitivo y talento argentino
“El mercado argentino en el que estamos es altamente competitivo y un poco cruel. Y como todo mercado con ese nivel de competitividad, lo que hace es que haya muchísima gente intentando armar su negocio”, dice Joaquín.
Precisamente, esos intentos individuales dieron la pauta a los socios de Centralo que además de competitivos, los minoristas “también están un poco solos; son comercios manejados por una persona sola o por una familia, pero en general es unipersonal”, describen.
“La tecnología nos cambió la vida a todos, pero a un almacén no, y tampoco a muchos distribuidores, porque es muy caro hacer una transformación tecnológica de su pequeña empresa o comercio. Y nosotros aportamos esa tecnología, que apunta a cambiarle la vida y traerlos a un mundo nuevo para hacer transacciones”, opina Tomás.
A partir del uso de la aplicación, es muy fácil darse cuenta de los nuevos hábitos, que no difieren de lo que solemos hacer en forma particular. “Casi el 60% de las ventas a través de Centralo se hacen después que el dueño del almacén o del quiosco cerró y se toma una hora entre las 20 y 21, para hacer un pedido. Por ahí, ya está en su casa, tranquilo, y entra a nuestra aplicación donde tiene los productos, los precios, y compra”, apunta Tomás.
Hoy, la propuesta cautivó a 25.000 comercios que son los que ingresan por mes a la aplicación, en un universo de alrededor de 600.000. Sin embargo, no solo tienen usuarios de estos pequeños comercios, también sumaron servicios de catering, oficinas, dietéticas, bares y restoranes.
“No es un secreto que la Argentina es un país complicado para los emprendedores. También es un país ultra competitivo desde muchos lugares. Nosotros decimos que competimos en las grandes ligas. Pero además, en el país hay un talento humano que es único”, se entusiasman.
Imagen de portada cortesía de Ámbito