Burger King cierra locales, ¿se va o se queda?

La mexicana Alsea decidió bajar las persianas de dos restaurantes emblemáticos de la hamburguesería: uno en Olivos y otro en Vicente López

A pesar de que ratificó que se queda en la Argentina, la mexicana Alsea, licenciataria de Burger King resolvió cerrar locales en la zona norte del Gran Buenos Aires, para «garantizar la sostenibilidad del negocio».

Además, según trascendió, sigue buscando un comprador a sus negocios en la Argentin. La idea de dejar sus operaciones en el país y vender todos los locales de las dos marcas parece seguir vigente a pesar de las permanentes desmentidas de la empresa.


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En Argentina, Alsea maneja la licenciatura de Starbucks y Burger Kings y junto a las dos cadenas, ya suman 15 cierres desde que comenzó el año, motivado por la crisis que se profundizó con la pandemia del Covid-19 y por la mala perspectiva que tienen sobre la economía argentina.

Días atrás, la empresa aseguró estar «comprometidos con Argentina, operando nuestras tiendas bajo las modalidades de delivery, take away y drive thru, y enfocados en lograr que la empresa siga brindando una atención de excelencia, aportando valor y generando empleo».

Sin embargo, el proceso de reestructuración parece seguir en marcha: ahora se sumó el cierre del local en Olivos y Vicente López. Desde Alsea afirmaron que que los 85 empleados fueron reubicados en las sucursales de la zona.

Este cierre forma parte «de una revisión constante, acelerada por el impacto que la pandemia ha provocado», informó Alsea. Esa revisión constante no descarta nuevos cierres en las próximas semanas.

En abril último, la compañía mexicana decidió poner fin a su incursión argentina y a fines de mayo inició un proceso de venta que debía finalizar con una «non-binding offer» (oferta no vinculante) de la operación de los 117 locales de la hamburguesería y de las 136 cafeterías que operan en el país.

De esta forma comenzó la búsqueda de fondos de inversión y jugadores del mercado local interesados en presentar ofertas para quedarse con la operación de las cadenas en Argentina, pero el proceso quedó desierto por falta de oferentes firmes.

Al tomar estado público esta situación, Alsea ratificó la continuidad en el país aunque admitió que había pasado por una revisión de sus operaciones.  Desde sus oficinas regionales de Chile siguen abocados a la búsqueda de un comprador. Mientras esa opción se dilata, Alsea avanza en la reestructuración de sus operaciones en el país para que sean «sostenibles».

Estas son las empresas de «peso» que eligieron irse de la Argentina sólo en lo que va del año

La posible salida de Burger King se suma a una larga lista de compañías de peso. La última fue Falabella, quien puso fin a sus operaciones en la Argentina y sumó otro mazazo a un contexto económico marcado por el éxodo de empresas desde que comenzó el año. Además del cierre de sus locales propios, la firma también buscará transferir la operatoria de sus dos puntos de venta Sodimac ubicados en el conurbano bonaerense. Otro activo del que intentará desprenderse corresponde a la cartera de CMR, la tarjeta financiera del grupo, que sólo en nuestro país suma alrededor de 300.000 clientes.

Según trascendió, las ventas de la empresa de origen chileno vienen cayendo en picada desde 2018 a esta parte. Pero más allá del contexto local, Falabella también complicó sus números a partir de la expansión del Covid-19 en toda la región.

Sólo entre enero y julio de 2020 el retail acumuló un rojo superior a los 135 millones de dólares. En tanto el hilo siempre se corta en su tramo más delgado, el escaso rédito que le acercaba la operación en la Argentina terminó precipitando el cese de operaciones de una firma que, de forma urgente, necesita readecuar su estructura comercial para volver a crecer.

En septiembre del año pasado Falabella ya había dado la primera señal de que su negocio local no funcionaba: despidió a 250 empleados -casi el 5 por ciento de su plantel en el país- y cerró su local de Florida al 600.

Pérdida de poder adquisitivo, devaluaciones sucesivas y baja expectativa de crecimiento de la economía doméstica en general terminaron sellando el cierre de la representación en Argentina.

Pero este movimiento de la firma lejos está de resultar una rareza en el mercado comercial. Muy por el contrario, la salida se inscribe dentro de un éxodo de empresas cada vez más copioso que expone a la Argentina como un escenario de lo menos atractivo para los actores de alcance regional o directamente global.

La retirada de compañías de peso, sólo en lo que va del año, apabulla. Por mencionar los ejemplos más reciente, agosto fue el mes en que cayó el telón para las operaciones de Qatar Airways en la Argentina.

Tras la sucesión de rumores, finalmente la compañía confirmó que levantaba su operación en el país. Desde el entorno de la aerolínea informaron a iProfesional que la decisión fue resultado del «impacto global en las aerolíneas y las condiciones negativas del mercado actual».

«Tras una revisión de las operaciones, Qatar Airways ha anunciado la decisión de cerrar sus servicios desde Doha (DOH) al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (EZE), Buenos Aires, Argentina, debido al impacto global en las aerolíneas y las condiciones negativas del mercado actual», expusieron desde el seno de la firma.

«Hemos informado a todos los empleados afectados sobre esta decisión y también estamos trabajando con las partes interesadas y las autoridades pertinentes para asegurarnos de que estén informados de este cierre», añadieron.

De Emirates a LATAM

Lo decidido por Qatar Airways se suma a lo dispuesto por otras compañías para la Argentina a partir del Covid-19. A principios de agosto, Emirates Airlines confirmó el final de la ruta Dubai-Buenos Aires.

«Emirates sigue comprometido con Argentina y esperamos reiniciar nuestras operaciones en Buenos Aires cuando sea comercial y operacionalmente factible hacerlo. Haremos un anuncio formal si hay algún avance en este sentido», comentaron a iProfesional fuentes de la aerolínea.

«No se sabe cuándo se dará el regreso. Las oficinas ya estaban cerradas desde hace tiempo por el Covid-19», se añadió.

Mucho antes, en abril, Air New Zealand se fue del país de forma definitiva tras cinco años de operaciones ininterrumpidas. Antes de la salida, la compañía ya había suspendido la ruta Auckland-Buenos Aires el 18 de marzo y con la intención de reactivar el servicio a partir del 30 de junio.

«Air New Zealand no reanudará la operación de las rutas suspendidas previamente: Auckland-Buenos Aires y Los Ángeles-Londres debido al profundo impacto del Covid-19 en la demanda de viajes futuros», informó la empresa vía un comunicado que se conoció muy pocos días antes de que el Gobierno estableciera el parate hasta septiembre.

Más allá de la enorme relevancia de estos nombres, el cimbronazo más fuerte para el sector tuvo lugar en junio cuando LATAM informó que dejaba de prestar servicios de cabotaje en la Argentina.

Vía un comunicado, la aérea dio cuenta de un cese de operaciones por tiempo indeterminado. En concreto, la empresa señaló que la medida -pautada para los vuelos internos de pasajeros y también el servicio de carga-, obedeció «a que con las actuales condiciones de la industria local, agravadas por la pandemia COVID-19, no se visualiza la viabilidad de un proyecto sustentable».

«El impacto que han tenido en LATAM Airlines Argentina la pandemia COVID-19 y la dificultad de generar los múltiples acuerdos necesarios para enfrentar la situación actual contribuye a configurar un escenario en extremo complejo, en el que no están dadas las condiciones para viabilizar y sostener a largo plazo las operaciones de la filial», expuso la aerolínea.

La firma detalló que interrumpía por completo los vuelos correspondientes a 12 destinos fronteras hacia adentro, mientras que seguiría cubriendo los servicios internacionales a Estados Unidos, Perú, Brasil y Chile con unidades distribuidas en sus filiales en la región. Los itinerarios cerrados en Argentina correspondieron a Buenos Aires, Iguazú, Bariloche, Salta, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Comodoro Rivadavia, El Calafate, Ushuaia y Río Gallegos.

en junio cuando LATAM informó que dejaba de prestar servicios de cabotaje en la Argentina

En junio pasado LATAM informó que dejaba de prestar servicios de cabotaje en la Argentina.

Nike y Lime

Ya en febrero de este año, y tras haber perdido mucho mercado a manos de Adidas, su eterno rival en la Argentina y en el resto del mundo, Nike comunicó su decisión de irse del país y dejar sus operaciones locales a manos del Grupo Axo.

Este último es un operador y distribuidor multicanal que ya tiene los derechos de distribución de la marca de la pipa y de otras 30 empresas en México y Chile y que a partir de este nuevo acuerdo también sumará Chile y Uruguay.

La información fue suministrada por Nike también a través de un comunicado en el cual agregó que sus operaciones en Brasil serían traspasadas al Grupo SBF, dueño de la marca Centauro y de la mayor cadena minorista de artículos deportivos de ese país y de toda América latina.

Por otro lado, enero siempre de este año la compañía estadounidense de monopatines Lime avisó que dejaba Buenos Aires, después de haberse instalado en el país en septiembre.

La firma abandonó la Ciudad junto con otras 11 plazas, incluidas varias en Estados Unidos (Atlanta, Phoenix, San Diego y San Antonio). También se fue de Austria, Colombia, Uruguay, Perú, México y Brasil. La retirada en este caso tiene que ver con la búsqueda de rentabilidad durante 2020.

Nike operaciones locales a manos del Grupo Axo

Nike dejó sus operaciones locales en manos del Grupo Axo en febrero de este año.

Laboratorios y autopartistas

En julio, el laboratorio multinacional de origen francés Pierre Fabre, controlante de marcas de dermo cosmética como Avène y Ducray, vendió su planta en la localidad de Virrey del Pino a la local Sidus.

«El acuerdo con Sidus comprende la distribución exclusiva de los productos de Pierre Fabre en el país y la producción en la Planta de Virrey del Pino», indicó la firma a través de un comunicado.

También en el transcurso de ese mes, la autopartista Saint- Gobain Sekurit, fabricante global de parabrisas, cerró su planta de Campana poniendo fin a 150 empleos. En julio además definieron su salida las unidades de pinturas para autos de BASF y Axalta. Un mes antes, PPG Industries, otra «peso pesado» del rubro, también oficializó la decisión de retirarse de la Argentina.

Mediante un comunicado, Axalta reconoció que «se ha visto forzada a cesar operaciones en Argentina debido a la situación económica actual en el país y por el impacto causado por COVID-19».

Por su parte, BASF indicó que «no se retirará del mercado argentino, sino que traslada la producción de pinturas automotrices OEM», además de enfatizar que la «prioridad mantener el compromiso con sus clientes en Argentina». Eso sí, desde julio pasado cumple dicho objetivo desde instalaciones productivas localizadas en la zona industrial de Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo, Brasil.

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