Boom gastronómico y proyecciones

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Los restaurantes fueron uno de los sectores que más rápido se recuperó en la post pandemia. Además, la caída del poder adquisitivo traslada el consumo de bienes durables a experiencias y ocio.

La inflación genera una caída en el poder adquisitivo, pero al mismo tiempo impulsa el consumo de ciertas industrias y categorías, ante el desarrollo de nuevos hábitos. En julio, un mes con un IPC record del 7,4% el segmento de restaurantes y hoteles se ubicó entre los rubros con mayores subas del mes, con un 9,8%, en plenas vacaciones de invierno.


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A pesar de este escenario de escalada inflacionaria, los restaurantes y bares en los polos gastronómicos de la Argentina registran un boom de demanda. En gran medida, la explicación está atada a los últimos dos años de pandemia, en los que el ocio y la recreación se trasladaron 100% al hogar, ante las restricciones.

El sector gastronómico, junto con el turismo, fue uno de los más afectados durante las distintas etapas del aislamiento obligatorio, con múltiples locales que se vieron obligados a cerrar sus puertas de manera definitiva. Sin embargo, en este 2022 se ve un repunte de aperturas, con nuevos formatos y propuestas que buscan ampliar la oferta. Además, las franquicias también ganan terreno como una alternativa para expandirse sin necesidad de llevar a cabo grandes inversiones.

Los especialistas hablan de distintos factores a la hora de analizar este auge de la industria. Según Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market y autor de El Futuro del Comercio que se viene, quien dialogó en exclusiva con Trade & Retail, esta tendencia se da por la salida del confinamiento social, en primer lugar.

«La experiencia social se volvió algo de lo que estuvimos privados y se revalorizó en general la salida y la gastronomía. Además se agregó valor, ya que aparecieron nuevas propuestas», sintetiza Di Pace.

Por otro lado, el consultor habla del traslado del ahorro al consumo, en un escenario en el que la moneda local pierde valor. «Las personas toman la decisión de gozar del fruto de su trabajo de forma instantánea y no tiene propensión al ahorro ni a pensar en el futuro, porque no pueden adquirir bienes durables ya que no acceden a un crédito hipotecario», opina.

Finalmente, Di Pace pone la lupa en la situación de la gastronomía y el turismo, que son dos sectores en los que la experiencia social revaloriza la existencia humana desde el punto de vista de un resurgimiento post pandemia. «Esto encuentra, para el sector del turismo, una restricción para hacerlo afuera, con subsidios para hacerlo dentro del país, lo que traslada el consumo a nivel local», concluye.

Fuente: Trade y Retail

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