Rubro textil chileno representa solo un 0,3% del PIB, cifra muy por debajo de la histórica

 

Según la gremial de producción chilena SOFOFA (Sociedad de Fomento Fabril), en el primer trimestre de este año la producción industrial de las agrupaciones que representan a este sector registró una baja de 11% comparado con igual periodo de 2015.
 
La masiva llegada de productos textiles de menor precio a nuestro país está afectando hace rato a nuestra industria local. Según la Sofofa, este sector hoy representa solo un 0,3% del PIB, cifra muy inferior a la histórica, lo cual responde al aumento de importaciones asiáticas que se han dado en las últimas décadas.

“Las agrupaciones de empresas que representan al sector textil, como son la “Fabricación de productos textiles” y la “Fabricación de prendas de vestir”, han mostrado a nivel interno una caída importante respecto del resto de la industria. Es así como estos ítems pasaron de representar en el año 1996 un 1,2% anual, a tener el 2013 solo un 0,3% de la torta respecto del total del valor agregado, según cifras del Banco Central. Asimismo, el indicador de producción industrial de las agrupaciones que representan a este sector muestra una caída del 53%, si comparamos el nivel promedio de producción de 2015 con los de 2008. En relación a lo más reciente, en el primer trimestre de este año este indicador registra una baja de 11% comparado con igual periodo de 2015”, comentan desde la Gerencia de Políticas Públicas y Desarrollo de la Sofofa.

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Modelo económico

Ricardo Matas, académico de la Escuela de Comercio CCS, sostiene que esta problemática no se trata de algo reciente, sino que se viene gestando desde mucho antes. “A partir de 1975 se desmanteló el régimen proteccionista que había permitido el desarrollo del sector textil local, obligándolo a competir con grandes actores de los mercados internacionales. El efecto de las nuevas políticas liberales en torno a esta industria y la del vestuario impactó negativamente en el segmento, pues una parte importante de las fábricas textiles que operaban en Chile debieron cerrar. De esta manera, y para sobrevivir al interior del mercado nacional y mundial, los empresarios se reconvirtieron en importadores textiles y de vestuario. Presionados por este escenario, el futuro del sector se vinculó necesariamente a su capacidad de competir en los nuevos mercados globalizados”.

Mario Valenzuela, vicedecano de Economía y Negocios de USS, reconoce que esta situación tiene que ver con la fase contractiva del ciclo económico por la que atraviesa hoy el país. No obstante, indica que el problema de fondo se encuentra en que “nuestro país, al igual que el resto de los países del orbe, adoptó estratégicamente desde mediados de la década de los 80, un modelo económico que se encuentra mucho más integrado a la economía mundial”, remarca.

Por su parte, Alejandro Alarcón, economista y académico de la U. de Chile, pone énfasis en que la baja producción local tiene directa relación con los principios de las ventajas comparativas de cada país. “Por años las ventajas de este tipo de industria las ha tenido China y Chile no tiene ventajas comparativas como para competir. La otra razón es por la desaceleración que ha tenido el país en los últimos años, lo que ha afectado a muchos sectores, entre ellos, al sector textil”, dice. Del mismo modo, apunta que el modelo económico instaurado “ha permitido tener tasas de crecimiento muy altas durante muchos años. Sería un error culpar a esos factores, porque sería como vivir a espaldas de lo que está ocurriendo en el mundo”, acota.

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¿Cómo dinamizar este sector?

Para Mario Valenzuela, de la USS, hay que realizar un análisis de origen y de destino de la producción industrial. “Si vemos algún sector interesante que se pueda proyectar en forma objetiva a futuro, se deben generar los incentivos correctos, tanto tributarios como laborales. Luego tenemos que ver qué capacidad de diseño tenemos en Chile. Si es necesario, podemos traer materia prima del exterior y realizar creaciones propias, en caso que tengamos la gente y la tecnología adecuada”, indica.

“Es posible enmendar el rumbo en la industria textil, pero estimamos que cualquier iniciativa al respecto debe ser apoyada como política comercial a nivel estatal y empresarial, y fomentar el conocimiento de nuestros productos innovadores a nivel mundial”, remarca Ricardo Matas, académico de la Escuela de Comercio CCS.

Fuente: Las últimas Noticias

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